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Expedición escuela al Volcán LaninLuego de los habituales preparativos finalmente el miércoles 8 de diciembre a las 18:30 nos encontramos en la terminal de micros de Buenos Aires los integrantes de esta expedición del CABA. Embarcamos en el micro Adrián, Mar, Elisa, Joseba y Juan. Ricardo nos encontraría al día siguiente en Junín de los Andes. Comenzamos el largo viaje con retraso, aparte de nosotros viajaba un numeroso contingente de universitarios rumbo a Zapala lo que demoró la salida. Más adelante la autopista 25 de Mayo estaba totalmente atascada y llegando la Lujan un accidente nos provocó un mayor atraso. Eran pasadas las 22:00 y en 3 horas de viaje no habíamos llegado a recorrer 100 km. Cena, película y a dormir. A medianoche un ruido extraño nos despierta. El micro para en la banquina y escuchamos a los choferes hablando de una manguera de aire rota, llamando al auxilio y nos resignamos a que el viaje sería más largo que lo esperado. Pero pudo más el ingenio popular, anularon la manguera y pudimos seguir (sin aire acondicionado, pero la noche estaba fresca). Sin más alternativas, llegamos a Junín de los Andes a las 16:30 del jueves en lugar de la 13:30 según horario. Allí nos encontramos con Ricardo y el transporte a la base del Lanin. Cargamos los bártulos y en marcha. Entre mate y mate Adrián bautizó como “toallita pollera” la toalla que usaba para evitar que el mate me cayera en los pantalones. Una hora y media más tarde el Lanin se dejó ver entre las nubes: un espectáculo imponente. Llegamos al camping de la base y armamos las carpas. Adrián se puso inmediatamente al acecho del guardaparque (que no aparecía) para asegurarnos lugar en uno de los refugios (y no tener que subir las carpas). Finalmente apareció el guardaparque y obtuvimos los últimos lugares en el BIM 6. Pasamos una rigurosa inspección de equipo y recibimos el OK para subir.
A la mañana siguiente poco antes de las 7:00 nos fuimos levantando, desayunamos, levantamos las carpas y a las 8:20 emprendimos la marcha. Media hora mas tarde nos detuvimos unos minutos para aligerar abrigo y seguimos. A las 10:00 ya a 1550 metros de altura (habíamos partido de los 1165 msnm) hicimos una parada de 15 minutos. Tomamos agua, comimos chocolate que Elisa ofreció y esperamos un largo rato a que ella volviera a armar su mochila. Parece que el chocolate estaba en el fondo ... Continuamos por la “espina de pescado” y a las 11:00 llegamos al “camino de mulas” (1740 msnm). A partir de ese punto estaba todo nevado por lo que nos pusimos las polainas y empuñamos las piquetas (algunos de nosotros por primera vez). Seguimos subiendo por la nieve, hicimos una parada de unos 10 minutos a 2040 msnm y a las 13:30 alcanzamos el refugio BIM6 (que está rebautizado como RIM26 para confusión de todo el mundo).
A las 2:30 de la mañana comenzó a haber movimiento por parte de los guías de los grupos que estaban afuera. Los que habíamos podido dormir nos despertamos y a las 3:00 ya no daba para seguir acostados. Nos levantamos desayunamos y nos preparamos para el asalto de la cumbre. Arrancamos a las 4:20. Más arriba se veían las
luces de los grupos que nos precedían. Llevábamos todo puesto, parecíamos
astronautas. El clima, excelente. Cielo estrellado, viento calmo. Salimos con un
bastón y piqueta, sin colocarnos los crampones.
Quince minutos más tarde, con una pendiente más fuerte Elisa se sintió insegura y se puso los crampones. Seguimos avanzando y a las 5:35 llegamos al refugio CAJA (2600 msnm). Allí nos detuvimos para tomar algo caliente y colocarnos los crampones mientras amanecía y el disco del sol aparecía por el horizonte. ¡Un espectáculo único! A las 6:30 reemprendimos la ascensión. A los 15 minutos los crampones de Ricardo empezaron a traer problemas. Cualquiera fuera la forma de pasar las cintas cada pocos minutos se aflojaban y salían. Finalmente con el agregado que hizo Adrián de un par de cintas de la mochila quedaron firmes en su sitio y no trajeron más problemas. Continuamos subiendo cuando percibimos movimientos
extraños en un grupo que iba más arriba. Algo venia rodando, cayendo por la
pendiente: una cámara fotográfica. La pendiente en ese lugar tenía un poco más
de 30° y nos dimos cuenta que sobre la nieve helada cualquier cosa que
comenzase a caer no se detendría.
A las 8:00 alcanzamos el plateau de los 3000 metros, la mitad del camino de ascenso. Hicimos un alto de 20 minutos para reponer fuerzas y continuamos en dirección de la canaleta. Nos detuvimos unos minutos al pie de la misma (3200 msnm) a eso de las 9:30 y seguimos subiendo. Cada vez más cansados pero manteniendo el rumbo. Antes del final de canaleta nos detuvimos un par de veces más. En la segunda Ricardo se recostó y cerró los ojos, ¡que habilidad para echarse una siestita de 10 minutos sobre la nieve a 3500 msnm! Ya estábamos al alcance de
la cumbre, solo faltaba el último esfuerzo. La pendiente del último tramo de
la canaleta de 45° nos imponía un esfuerzo serio. Finalmente salimos de la
canaleta y con un trayecto que alternaba fuertes pendientes heladas con tramos más
horizontales La sensación de ver que el horizonte baja y la vista se expande a 360° es indescriptible. Más cuando esto sucede luego de 9 horas de ascensión donde el camino solo tiene una dirección: hacia arriba. Eran las 13:30, el altímetro marcaba 3705 metros y el GPS 3759. Pero eran los 3775 msnm oficiales de la cumbre del Lanin. El fuerte viento no fue obstáculo para el festejo.
Fotos, banderas y la botellita de Tía María que Ricardo había cargado hasta
la cumbre. Y la increíble recuperación que se siente cuando se alcanza una
cumbre.
La vista era magnífica, ni una sola nube. Allá, hacia al sur, bien lejos se veían los tres picos del Tronador, al oeste el Villarrica y hacia el norte varios picos volcánicos. El viento nos daba frío por lo que descendimos a la antecumbre para almorzar. A las 14: emprendimos el descenso. Algunas pendientes realmente empinadas que subimos con dificultad se veían aún peor desde arriba. Pero todos pudimos pasarlas sin inconvenientes por lo que no fue necesario recurrir a la cuerda que llevaba Adrián para sortear algún paso difícil. Promediando la canaleta el culipatín nos tentó. Primero tímidamente y luego con arrojo nos deslizamos por la nieve. En a las 15:30 estábamos en el plateau y a las 16:30 en el refugio. Bajamos en 2horas y media lo que nos llevó 9 subir.
Continuamos bajando y dos horas después los últimos alcanzamos el puesto del guardaparque. Por supuesto armamos mate y descubrimos donde había estado Elisa la noche del jueves: un elegante conjunto sanitario recién construido cerca del centro de informes. ¡Con razón había tardado tanto, hasta espejos tenía! Un tema recurrente de Joseba en estos días eran las truchas. No las truchas de criadero (truchas “truchas”) sino las genuinas, pescadas en los lagos y ríos. Y preguntaba si en Junín podríamos comer verdadera trucha. El guardaparque le aseguró que si y dos pescadores que acampaban en el lugar le ofrecieron un precioso ejemplar de 2 kilos. Ante la duda de poder cocinarla, la trucha fue a parar a la mesa del guardaparque y a Joseba le quedó solo la esperanza. Llegaron las 21:00 y la combi no aparecía. No teníamos ningunas ganas de quedarnos a armar campamento habiéndonos hecho la ilusión de una ducha cena y camita limpia en Junín de los Andes. Finalmente 9:45 llegó, cargamos y salimos rumbo a la civilización. Las voces pronto fueron reemplazadas por los ronquidos hasta que una brusca frenada nos despertó: a la luz de los faros dos hermosísimos ejemplares de ciervo colorado. Más adelante otras frenadas nos sobresaltaron pero eran simples caballos o liebres. Una hora y media después de la salida llegábamos a Junín de los Andes. Nos dirigimos a la hostería donde se había alojado Joseba y tuvimos la suerte de conseguir habitaciones. En pocos minutos nos reagrupamos para ir a cenar. Ya era medianoche cuando llegamos a un coqueto restaurante. Lamentablemente estaba lleno y debíamos esperar media hora. Para esperar nos fuimos a un bar frente a la plaza y pedimos unas bebidas. Todo el movimiento del día nos había dejado deshidratados. Pasaban los minutos y de las bebidas ni noticias. Al reclamar nos dijeron que los pedidos tardaban 20 minutos. ¡Veinte minutos para servir unas gaseosas! Evidentemente cada lugar de la tierra tiene sus propias costumbres. Llegado el momento, al restaurante. Por supuesto que
Joseba preguntó por la trucha. La moza le aseguro que tenían trucha
“trucha” y trucha, trucha (¿se entiende?). Felicidad en el rostro de
Joseba: después de todo se comería la verdadera trucha.
Vino el mozo por los pedidos y Joseba preguntó por milésima vez por la truchita. Pero esta vez la respuesta fue desoladora: solamente truchita de criadero. Así fue como Joseba cambió ciervo por trucha sin atreverse a preguntar por el origen del bife. Ya tarde (eran como las 2 de la mañana) volvimos a la hostería y dormimos como los dioses. Habíamos pasado 23 horas levantados. A la mañana siguiente desayunamos opíparamente, nos sacamos una foto “civilizada” con el río Chimehuin de fondo, nos despedimos de Ricardo que se quedaba y partimos rumbo a la terminal. Puntualmente a las 11:50 tomamos el micro y nos despedimos de Junín de los Andes. El viaje de regreso transcurrió sin novedades (salvo la delicia de viajar junto al baño con una puerta que tenía vocación de abierta) y arribamos temprano en la mañana del lunes. Buenos Aires nos recibía con los brazos abiertos. Hasta la próxima aventura, donde seguramente nos divertiremos a rabiar y esperemos que Joseba encuentre su trucha. Datos de la AscensiónDesde la base hasta el refugio BIM6 recorrimos una distancia de 5,7 km con un desnivel de 1100 metros en un tiempo total de 5 horas (descansamos un total de 50 minutos) La pendiente media del tramo fue del 20% (equivale a un ángulo de 11 grados) con los siguientes parciales: Base – comienzo espina de pescado Distancia = 2150 metros Desnivel = 135 metros Pendiente media = 6% (4 grados) Espina de pescado: Distancia = 2200 metros Desnivel = 410 metros Pendiente media = 18,6% (11 grados) Camino de mulas (en realidad no fuimos por el camino): Distancia = 1300 metros Desnivel = 565 metros Pendiente media = 43% (23 grados) Desde el refugio hasta la cumbre recorrimos una distancia de 3,1 km con un desnivel de 1500 metros en un tiempo total de 9 horas (descansamos un total de 2 h 20 min). La pendiente media fue del 48% (equivale a un ángulo de 26 grados) con los siguientes parciales: Refugio BIM6 – Refugio CAJA Distancia = 850 m Desnivel = 340 m Pendiente Media = 40% (22 grados) Refugio CAJA – Plateau 3000 m Distancia = 825 m Desnivel = 380 Pendiente Media = 46% (25 grados) Plateau 3000 – Inicio Canaleta Distancia = 630 m Desnivel = 260 m Pendiente Media = 41% (23 grados) Canaleta Distancia = 400 m Desnivel = 250 m Pendiente Media = 62,5% (32 grados) Fin Canaleta – Cumbre Distancia = 400 m Desnivel = 255 m Pendiente Media = 64% (32,5 grados) Notas: - las distancias están medidas en línea recta entre puntos y son horizontales. Lo que caminamos haciendo zigzag es bastante más. - Una escalera normal tiene una pendiente aproximada del 70% (35 grados) Coordenadas aproximadas (WGS 84)
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